Cita

Divide las dificultades que examinas, en tantas partes como sea posible para su mejor solución”. René Descartes, filosofo y matemático francés.

domingo, 5 de junio de 2011

INTELIGENCIA EMOCIONAL



   Inteligencia emocional es un termino que hace unos años se puso de moda, como si de un día para otro hubiera aparecido así sin mas, pero realmente eso no es así. Las emociones al igual que la conducta y el pensamiento han sido siempre y seguirán siendo el tema de estudio científico de la Psicología y no podemos olvidar que están en continua interacción; nuestras conductas producen determinados resultados, los que a su vez provocan en nosotros ciertos pensamientos y emociones, al mismo tiempo nuestros pensamientos también activan determinadas emociones que nos llevan a poner en marcha una serie de conductas. Por tanto pensamiento, emoción y conducta siempre van unidos y son la base de nuestras vidas.

   Tradicionalmente los estudios sobre inteligencia se han centrado en la cognición (es decir en el pensamiento o procesamiento de la información) y partían de la base de que un procesamiento de la información adecuado implicaba separarlo de las emociones, pues estas interferían con el razonamiento, numerosos estudios han demostrado que esto no es así y que gestionar adecuadamente nuestras emociones es una parte importante de nuestra inteligencia, junto con el razonamiento lógico, matemático etc.

   Por desgracia durante muchos años la educación se ha basado en el desarrollo de las aptitudes matemáticas, científicas, de lenguaje etc. y aunque por medio del lenguaje aprendemos a expresar las emociones, a lo sumo la educación no va mas allá de la mera expresión, quedando el desarrollo de la inteligencia emocional condicionado a lo que nuestro entorno mas inmediato de forma intuitiva nos pueda enseñar.

   La forma básica de aprendizaje de los niños es la imitación, así aprenden a caminar, a hablar etc. y así desarrollan su inteligencia emocional, observando e imitando como los adultos de su entorno gestionan su emociones, el problema es que estos adultos también pueden tener carencias emocionales, pues todos nuestros conocimientos cotidianos sobre las emociones no están basados en evidencias científicas, sino en tradiciones y valores religiosos que no han sido validados empíricamente.

  Nuestra cultura tradicional y valores religiosos, siempre han considerado que la expresión de determinadas emociones no era adecuada, por lo tanto las ignoraban o como mucho quedaban enmarcadas en una lista de defectos o pecados que simplemente había que evitar, pero ignorar las emociones implica no poder aprender a gestionarlas, lo que en determinados casos conlleva al desarrollo de trastornos como la depresión, los trastornos de ansiedad o la adicción al alcohol, al juego etc. e incluso al desarrollo de conductas violentas, que ponen de manifiesto un pobre control de los impulsos y de las emociones.

   Por todo ello es necesario resaltar la importancia del desarrollo de la inteligencia emocional, no solo en los niños, sino también en los adultos, pues aprender a gestionar nuestras emociones implica adaptarnos adecuadamente a nuestro entorno mejorando nuestra calidad de vida, pues según John D. Mayer y Peter Salovey que introdujeron este termino en la literatura científica de esta rama de la Psicología:

“ La inteligencia emocional implica la habilidad para percibir y valorar con exactitud la emoción; la habilidad para acceder y/o generar sentimientos cuando éstos facilitan el pensamiento; la habilidad para comprender la emoción y el conocimiento emocional, y la habilidad para regular las emociones que promueven el crecimiento emocional e intelectual. “ *



*Mayer J.D. Y Salovey P. (2009) ¿Qué es inteligencia emocional?. En J.M Mestre Navas y P. Fernández Berrocal (Coord.): Manual de inteligencia emocional. Madrid: Pirámide Psicología.

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